sábado, 25 de diciembre de 2010

Me moriré de ganas de decirte...

Recuerdo que al llegar ni me miraste fui solo una más de cientos y, sin embargo, fueron tuyos los primeros volteos. Cómo pude no darme cuenta de que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos, y que tú estabas tan cerca.

Me disfrazo de ti, te disfrazas de mí y jugamos a ser humanos en esta habitación gris. Muerdo el agua por ti, te deslizas por mí y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir. Mis anclajes no pararon tus instintos, ni los tuyos, mis quejidos. Quiero que no dejes de estrujarme sin que yo te diga nada, que tus yemas sean lagañas enganchadas a mis vértices.

Se me hunde el dolor en el pecho, tengo sed y estoy tragando, no quiero no estar a tu lado. Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos… Y las palabras se me apartan, me vacían las entrañas. Finjo que no sé, y que no has sabido. Finjo que no me gustaba estar contigo… Y al perderme entre mis dedos te recuerdo sin esfuerzo.

Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos.

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