Pues les contare un sueño que tuve la madrugada del sábado jajajaja. Pues ese viernes desde temprano fui con unos amigos a Morelos a celebrar el cumpleaños de mi amigo Lalito, como era de suponer nadamos mucho (aun con la lluvia), comimos mucho y tomamos más. Jugamos jenga, puerco, chupacartas y yo nunca nunca todos juegos alcohólicos, tengo que mencionar un poco que en el yo nunca nunca me queme con uno re juerte que todos me ovacionaron de pie (que pena de verdad) ahora me da pena, pero en ese momento ni lo pensé, bailamos y cantamos hasta las casi 5 de la mañana, cuando nos fuimos a dormir los sobrevivientes yo estaba bastaaaaaaaaante happy pero dicen que ni se me notaba, tome mas o menos mucho pero si mezcle porque tome chela, whisky y ron, al final puro ron. Bueno me estoy desviando mucho porque lo que les vengo a contar es mi sueño. Bueno, regresando al tema me dormí borracha y soné que estaba en un lugar que no conocía pero que era casa de una amiga mía, pero ya era de día y yo me salia a la calle porque quería un gatorade porque tenía muucha sed, en el camino al gatorade había hartas fuentes y parques y me encontraba a uno que me encantaba cuando iba en la secundaria, uno que era hermano de un amigo mio, me lo encontraba y le decía que quería un gatorade por favor dame uno Julio le decía y el me acompañaba a la tienda pero camino a la tienda se me deshacían las sandalias que llevaba y cuando llegábamos a la tienda no había gatorades y yo me ponía a chillar pero eso si me besaba con el Julio jajajaja, bueno cuando desperté grite quiero un gatoradeeee!! y armamos la comisión gatorade xD
lunes, 26 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
Una vez, en un café del centro
Tomando una rica taza de café, alguien que sabia que había acabado de leer Rayuela y que es gran fan de Cortázar me pregunto cual era mi capitulo favorito del libro, estaba muy indecisa si era en el que terminan Horacio y la Maga y ella dice no quisiste, era otra cosa. Pero ahora estoy completamente segura que mi favorito es este, el 93. Les dejo un pedazo, que en realidad es lo que más me gusto.
Pero, el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todos los sueños, de todos los olvidos ó los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me lleve a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta tu amor (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de Pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mi será cualquier otro...
No nos ha ido tan mal
-No nos ha ido tan mal – dijo Ronald.
-¿Qué punto de comparación tenés para creer que nos ha ido bien? ¿Por qué hemos tenido que inventar el Edén, vivir sumidos en la nostalgia del paraíso perdido, fabricar utopías, proponernos un futuro? Si una lombriz pudiera pensar, pensaría que no le ha ido tan mal. ...
Rayuela
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